Blog

“Imagino que niños y niñas se identificarán los personajes”

Click: ¿Qué es lo mejor de La Aldea?

Mayra Reyes: Los procesos de formación de La Aldea son muy divertidos, pero lo más importante es que están pensados para que lo implementemos con nuestros estudiantes.

Las actividades y los recursos son muy buenos. No solo se desarrollan habilidades visuales y auditivas, sino que también se trabaja la parte emocional. Además hay una conexión muy clara, porque es lo que vivimos tanto docentes como estudiantes. Ahí está lo que es el aprendizaje significativo. Adicionalmente, las áreas se relacionan ya que se abordan temáticas que permiten esa conexión. De esta manera, a niños y niñas se les hace más fácil el aprendizaje, lo comprenden y lo relacionan.

C: ¿Piensan implementar La Aldea en la Institución Técnico Buena Esperanza?

MR: Vamos a implementar La Aldea este 2022. Los profesores de mi sede, que somos de 3°, 4° y 5°, nos vamos a reunir para trabajar en conjunto con nuestros estudiantes, y hacer un gran proyecto. Así nos lo propusieron en las sesiones de formación y sabemos que otras instituciones lo han hecho y les ha dado muy buenos resultados.

C: El libro de La Aldea habla de un regreso a la presencialidad, de un mundo en transición. ¿Sigue vigente este hilo conductor?

Aunque el libro habla del regreso a la presencialidad en un mundo que está en transición, ahora que regresamos definitivamente a las aulas, las actividades siguen vigentes. El año pasado ingresaron menos de la mitad de los estudiantes, en cambio ahora se va a ingresar con la matrícula completa. Así que ahora todos los niños y niñas van a poder involucrarse y vamos a poder compartir todas las experiencias de La Aldea. Imagino que se van a sentir identificados con los personajes, así como nosotros los docentes nos identificamos con las situaciones y los personajes.

Entrevista con Mayra Alejandra Reyes
Instituto Técnico Buena Esperanza (Cúcuta)
Docente de ciencias naturales y ciencias sociales

“La Aldea se relaciona directamente con nuestro contexto”

La Institución Educativa Colegio Puerto Santander está ubicada en un municipio fronterizo con Venezuela rodeado de 3 grandes ríos y habitado por una población flotante que va y viene a través del puente que conecta a ambos países. Desplazamiento, conflicto social y familias con muchas dificultades económicas, son algunas de las características de este rincón de Colombia en Norte de Santander. Los cursos de la institución están conformados en un alto porcentaje por niños y niñas migrantes; sus familias enfrentan grandes dificultades, pero a pesar de eso, luchan por brindarles un mejor presente a sus hijos.

Hablamos con Ángela Sandoval, docente de la institución, quien nos contó qué impacto ha tenido la llegada de La Aldea en la comunidad educativa:

Click: ¿Luego de los procesos de formación con La Aldea, piensan implementar la estrategia con los estudiantes?

Ángela: Este 2022 empezamos la implementación de La Aldea y estamos seguros de que el impacto será positivo en nuestros estudiantes. La Aldea se relaciona directamente con nuestro contexto y además aborda la transversalidad, un elemento que en el colegio estamos implementando. Desde el plan de estudio, analizando los recursos que nos brinda La Aldea, observamos que está creada a través de situaciones problemáticas. Desde la gestión académica y desde el consejo académico se viene planeando y orientando a la comunidad para que los procesos de aprendizaje con los estudiantes estén basados en problemas. El objetivo es que ellos puedan analizar dichos problemas y aprendan a ser más críticos. Esa es nuestra orientación y La Aldea viene con ese mismo propósito, con ese mismo hilo conductor del análisis. A nosotros nos va a complementar.

C: ¿Es necesaria La Aldea en una comunidad educativa como Puerto Santander?

A: Nos sirve de apoyo y es un recurso muy significativo para nuestros procesos de enseñanza-aprendizaje. Todo el material, el recurso y la metodología de La Aldea nos ayudará mucho a ahondar en el aprendizaje de los estudiantes de una manera significativa y creativa por todo lo que nos brinda ese universo.

C: Desde un punto de vista estético, ¿qué opinión tienen de La Aldea?

A: El libro de La Aldea es muy completo, variado, divertido, especial. Trae muchas herramientas que fomentan el interés de los estudiantes. El tamaño, el colorido, los personajes, los retos, los ejercicios… es un libro que los niños fácilmente pueden continuar en su casa y pueden seguir explorándolo y desarrollándolo, sin necesidad de un orientador. Son materiales fácilmente comprensibles y potencian el aprendizaje autónomo.

En este contexto, proyectos como La Aldea-UNICEF, son claves para sacar a niños y niñas adelante

En la Institución Educativa San José, ubicada en el barrio Trigal del Norte, en Cúcuta, se atienden cientos de niños y niñas que viven en contextos muy vulnerables. Las familias que hacen parte de la comunidad educativa pertenecen a los estratos 1 y 2, en su mayoría. Además, entre el 30% y el 40% de las aulas están conformadas por estudiantes migrantes provenientes de Venezuela. Solo el año pasado, la institución recibió a 450 niños y niñas del país vecino.

Las familias migrantes que llegaron a la comunidad, cruzaron la frontera con solo una tula y llegaron en muy grave situación. A los niños y niñas de esas familias, se les ha brindado la atención educativa que necesitan. Pero no es una situación sencilla, comenta Miguel Orlando Peñaranda, rector de la institución. Los recursos de la escuela no son demasiados, así que atender a todos estos estudiantes es un desafío. Se suma a esto, otras dificultades que han salido a la luz a lo largo de la crisis sanitaria.

“Las familias no tenían conectividad en sus casas. Se crearon guías en medio de la pandemia, pero no se acercaban a recogerlas. Si la mamá o el papá tenían celular, entonces no tenían suficientes datos… con tres hijos, la opción de entrar a clase, era un privilegio. La virtualidad en este contexto es una mentira y es evidente que la pandemia hizo daño en los contextos más pobres”. Comenta el rector. “Más del 40% de estudiantes asistía por días a clase, un 30% por Whatsapp, y escasamente un 15% participaba en clases virtuales”, agrega.

En este contexto, asegura el rector, proyectos o iniciativas como La Aldea-UNICEF, son claves para sacar a niños y niñas adelante. “Tenemos que recuperar el tiempo perdido y en esa tarea, una estrategia pedagógica como La Aldea, es indispensable”, dice Miguel Orlando. Esto tiene que ver con el enfoque que ofrece: es transversal, está contextualizado, es divertido, es creativo, es diferente, y eso a los estudiantes los motiva.

De hecho, La Aldea se viene implementando en esta institución desde hace algunos años, lo cual ha tenido un impacto tanto en docentes, como en estudiantes. “Desde que implementamos La Aldea en la institución, la actitud de los estudiantes ha sido de motivación. Ellos siempre están dispuestos a participar porque les encantan los personajes y se identifican con ellos. La Aldea es una herramienta valiosa porque les ha permitido mejorar procesos de lectura y comprensión, mientras trabajan de una forma muy didáctica. Y lo mejor es que se puede utilizar en cualquier área, ya que tiene un enfoque transversal. Desde matemáticas, ciencias y el cuidado del medio ambiente, hasta la lectura y la ética”, cuenta Marlobi Barrera, una de las profesoras que trabaja La Aldea en su aula.

Los profesores, afirma el rector, están encantados con La Aldea y están pidiendo extender la implementación de la estrategia. Además, utilizar el libro y todas las actividades y herramientas asociadas les ha servido de base para alcanzar otros objetivos:

“La Aldea sirvió para que en básica primaria se creara una experiencia significativa para el municipio de San José de Cúcuta, la cual fue seleccionada como finalista; esto permitió que los profesores entendieran que nuevas herramientas y capacitaciones como estas, pueden generar nuevos y mejores resultados. Además, los estudiantes están fascinados pues las lecturas y todas las actividades, además de ser bastante agradables, están adaptadas al contexto”.

“La Aldea es una herramienta que nos permite a nosotros los docentes implementar otra forma de motivar la lectura. Además, niños y niñas aprenden a construir retos y encontrar soluciones a cosas muy cotidianas. Nos permite reforzar conocimientos y nos da la posibilidad de trabajar de una forma diferente y didáctica. Creo que es un libro que nos impacta a todos. Tanto a los estudiantes, como nosotros los docentes”.

Julieth Villamizar, docente de la Institución Educativa Colegio Puerto Santander (frontera con Venezuela)

“La Aldea me parece muy didáctica y puede ser de gran ayuda. Sobre todo ahora que hemos vivido dos años de pandemia. A través de las historias, La Aldea nos ayuda a que los estudiantes retomen las clases y se apropien de los aprendizajes. Definitivamente es una herramienta que nos permite ayudar a los niños y las niñas para que se adapten más fácil”.

Blanca Zulima Payares, docente de la Institución Educativa Colegio Puerto Santander (frontera con Venezuela)

«A niños y niñas les ha gustado porque los mantiene activos y creativos»

«La Aldea es muy hermosa. A niños y niñas les ha gustado porque los mantiene activos y creativos. El libro y las historias de La Aldea es protagonizada por animales que conviven en un espacio que, en la vida real, podría ser nuestro barrio, el municipio, el departamento, Colombia o el mundo. Las historias representan lo que vivimos ahora. Además, el texto es muy transversal, pues a través de este se pueden trabajar prácticamente todas las áreas».

Alirio Reyes Beltrán, coordinador de la Institución Educativa San José del Trigal (Cúcuta)

Desde que implementamos La Aldea en la institución, la actitud de los estudiantes ha sido de motivación. Ellos siempre están dispuestos a participar porque les encantan los personajes y se identifican con ellos.

La Aldea es una herramienta valiosa porque les ha permitido mejorar procesos de lectura y comprensión, mientras trabajan de una forma muy didáctica. Y lo mejor es que se puede utilizar en cualquier área, ya que tiene un enfoque transversal. Desde matemáticas, ciencias, el cuidado del medio ambiente, la lectura, ética, hasta compartir.

Marlobi Barrera Gómez, docente de la Institución Educativa San José del Trigal (Cúcuta)

“La Aldea es un muy buen programa. Los profesores están encantados y están pidiendo ampliarlo. La profesora que lidera el proceso (Tatiana Mendoza) ha sido muy buena líder. La Aldea sirvió de base para que en básica primaria se creara una experiencia significativa para el municipio de San José de Cúcuta, la cual fue seleccionada como finalista; esto permitió que los profesores entendieran que nuevas herramientas y capacitaciones como estas, pueden generar nuevos y mejores resultados. Además, los estudiantes están fascinados; las lecturas y todas las actividades son bastante agradables, y están adaptadas al contexto”.

Miguel Orlando Peñaranda, rector de la Institución Educativa San José del Trigal (Cúcuta)

Los desafíos de enseñar y aprender en Pondores, La Guajira

El proceso de formación de La Aldea en Pondores, Antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación en La Guajira, se ha llevado a cabo desde 2020 con tres hermanas migrantes y líderes educativas: Betsabé, Yineth y Madeleine. En la última visita realizada por Click y UNICEF en diciembre de 2021, se sumaron tres participantes más a las sesiones: Moises, de 14 años, y dos jóvenes de 18 y 19 años.

Concretamente se desarrollaron cinco sesiones en las cuales se abordaron las cuatro primeras historias de La Aldea: Historias para un mundo en transición. Adicionalmente, se hizo una introducción para quienes no conocían la historia y se generó un espacio para hablar de pedagogía y aprendizaje socioemocional; ninguno de los participantes había tenido antes formación en pedagogía o didáctica. Pero hubo una sorpresa adicional en nuestra última visita a Pondores: 8 niños y niñas entre los 6 y los 10 años de edad se sumaron a las sesiones. Aunque no estaba previsto, la metodología se adaptó para que pudieran hacer parte del proceso.

Nuestro paso por Pondores estuvo cargado de actividades de ampliación de vocabulario emocional, exploración de emociones y arte, proyecto de vida, cartografía social y reconocimiento de personajes de La Aldea; así como reflexiones sobre el cerebro infantil, las necesidades de aprendizaje en primera infancia, la didáctica consciente, los lugares de aprendizaje extraescolares y la importancia de la comunidad en el proceso educativo.

Los participantes manifestaron agradecimiento pues consideran fundamental la apertura de espacios educativos extraescolares, especialmente en este escenario en el cual niños y niñas pasan mucho tiempo solos debido a que sus cuidadores deben salir a trabajar todo el día en el campo. Se suma a esto un gran número de niños y niñas desescolarizados y una primera infancia que no recibe atención. Además de la muestra de agradecimiento, se manifestó temor en relación a su labor; estas lideresas por vocación, temen no estar haciendo bien su labor de refuerzo escolar. Al no tener la oportunidad de estudiar una carrera profesional o técnica en Colombia, buscan más apoyo en términos de desarrollo y fortalecimiento de habilidades docentes. Se suma una problemática mayor: la falta de ingresos asociada a la labor, ingresos necesarios para mantener a sus hijos y familias, lo que supone un riesgo para la continuidad y sostenibilidad de procesos educativos.

Niñas y niños solos en casas con serpientes peligrosas que amenazan su vida y salud; falta de instalaciones idóneas y seguras; escasas zonas recreativas y poca conectividad… Estos son solo algunos de los desafíos que se enfrentan en Pondores. A pesar de ello, mujeres como Betsabé y sus hermanas, le apuestan a la educación y trabajan a diario para fortalecer la participación de los jóvenes en procesos de cambio social y en el apoyo a la niñez. La meta: generar alianzas que permitan robustecer procesos educativos como el de La Aldea, y especialmente los procesos de acompañamiento para garantizar una educación de calidad y el desarrollo integral de niños y niñas en la comunidad.

«La Aldea es como una familia para mí. Gracias a La Aldea he aprendido a cuidarme del Covid, he aprendido a leer, y he compartido con los demás. Me gusta porque comparto mis sentimientos con los otros. He aprendido que puedo sentirme triste porque tengo miedo, o que puedo tener rabia porque estoy enojado. Mi personaje preferido es Carmen, la osa».
Manuel, niño de La Guajira

Imaginado por

Con el apoyo de:

Logo Echo Logo German Cooperation Logo PRM
Carrera 16 # 85-15 Oficina 301
Bogotá D.C., Colombia