En diciembre de 2021, estuvimos en una reunión con los directivos docentes de las instituciones focalizadas de Pasto, con la Secretaría Municipal de Educación y con Unicef, en la que se cerró el proceso de formación docente y se hizo la proyección sobre lo que se trabajará con La Aldea en 2022. En este encuentro los directivos comenzaron a pensar distintas formas de trabajar con La Aldea y los proyectos de los docentes que nacieron del último café, y se comprometieron a ayudar a los docentes para que la aplicación sea todo un éxito el próximo año escolar.
“La Aldea nos ha permitido cambiar el sentido de la educación”
Francisco Emilio Juajinoy es rector de la Institución Educativa Municipal Artemio Mendoza Carvajal, de Pasto. En una entrevista, nos cuenta los desafíos del regreso a la presencialidad y la importancia de implementar nuevas estrategias pedagógicas como “La Aldea: Historias para un mundo en transición”.
Para Francisco Emilio Juajinoy, rector de la Institución Educativa Municipal Artemio Mendoza Carvajal, de Pasto, volver a la presencialidad no ha sido un proceso fácil.
Tampoco lo ha sido para los docentes de su institución, sus estudiantes y familias. La dificultad radica, según el rector, no solo en los cambios asociados a las instalaciones o los elementos de bioseguridad, sino al componente emocional de un cambio drástico. En esta entrevista, Francisco nos habla de estos desafíos y profundiza en la necesidad de tener estrategias pedagógicas innovadoras como La Aldea: Historias para un mundo en transición.
Click: ¿Qué implica para una institución educativa volver a encontrarse en las aulas? ¿Qué desafíos se enfrentan en ese proceso?
Francisco Emilio Juajinoy: “Volver a la presencialidad es algo muy difícil. La pandemia nos hizo entender que las cosas cambiaron, y por lo tanto, nosotros tenemos que cambiar. Estamos viviendo en una sociedad diferente y nos pusieron unas reglas de juego nuevas que nos obligan a aprender a valorar la vida. Pero el regreso a la presencialidad no solo se limita a tener unas condiciones de bioseguridad específicas, este cambio se debe asumir también desde una perspectiva emocional.
La educación es un proceso humano profundo y a lo largo de la pandemia y en este regreso a las aulas, ese componente humano se ha reducido; nos hemos olvidado del maestro, de sus emociones, de sus temores; de los miedos que tienen los padres de mandar a sus hijos a clase; de los temores de niños y niñas al sentirse responsables de un posible contagio, y del temor que sentimos los directivos por la carga de asumir esta responsabilidad”.
C: ¿Puede una estrategia pedagógica como La Aldea, ayudar a sortear esas dificultades?
FJ: “Con La Aldea se abordan de manera inmediata estas emociones asociadas al regreso a la presencialidad en un proceso que lleva a generar una cultura del cuidado y del respeto colectivo. Estrategias como esta, llegan de la manera más oportuna para replantear el esquema clásico de enseñanza; es una herramienta que permite a nuestros maestros hacer un análisis de esta nueva realidad, del entorno de los estudiantes, e implementar así, un método de enseñanza-aprendizaje diferente.
Nuevas estrategias como esta son necesarias pues nos permiten modificar procesos de formación y ser más flexibles con los maestros. Tenemos que apuntarle a los maestros en todas su dimensiones para que se sientan seguros, no sólo con lavarse las manos, sino seguros a la hora de enseñar con herramientas como La Aldea, a través de las cual han podido desarrollar procesos más creativos, eficientes y significativos”.
C: ¿Puede La Aldea ser un aporte a la hora de pensar otras formas de aprender?
FJ: “La educación tiene que cambiar, ¡radicalmente! De no hacerlo, estaríamos negando el proceso de transformación que estamos viviendo en el mundo. Nuestros maestros, a partir del conocimiento que tienen sobre cada una de sus áreas y procesos formativos, necesitan hacer lo mismo pero de una manera diferente, con un enfoque que permita a niños y niñas hacer una evaluación de sus vidas, experiencias y contextos diversos.
El aporte que hace La Aldea, justamente, es el de la transformación de las estrategias pedagógicas. La Aldea nos ha permitido cambiar el sentido de la educación y el sentido de la relación que tienen nuestros maestros con nuestros estudiantes a la hora de enseñar”.
C: ¿Pueden los estudiantes aprender de una manera diferente a través del universo de La Aldea?
FJ: “Por supuesto. Con La Aldea, los estudiantes se pueden sentir parte de un proceso de transformación educativo, donde cada uno tiene la posibilidad de hablar y manifestarse sin ese marco rígido de la relación maestro-estudiante del aula tradicional. Tienen la oportunidad de aprender de una manera diferente, autónoma y divertida”.